¡Hola! Hoy me gustaría compartir una breve reseña de un libro súper interesante que leí hace muy poquito: Filosofía del Pasajero de Michael Marder.
Michael Marder es un filósofo que en este libro desmenuza la experiencia universal de ser pasajero. El libro es una guía filosófica sobre la condición de ser pasajero tanto en viajes de larga distancia como en los desplazamientos cotidianos. Y aprovechando la propia experiencia del viaje, se entrelazan los temas más esenciales de existencia, como el tiempo, el espacio, el yo, la soledad, y los sentidos. Desde la compra del boleto/ticket, hasta la llegada a destino, el autor aprovecha cada instancia para trazar los rasgos de un viajero universal y de la esencia humana.
Si bien es una lectura filosófica, con múltiples referencias y capas de información, es un libro muy ameno de leer, y que te atrapa desde el inicio. Tiene muchos datos curiosos e interesantes sobre los viajes, aviones, aeropuertos, y a esto le va sumando diversas capas de complejidades, referencias y construcciones filosóficas.
El libro fue publicado en octubre de 2022, por lo que es muy actual, y ahonda mucho en todas las situaciones derivadas de la pandemia, y de la imposibilidad material que tuvimos, durante varios meses, de viajar y cómo eso impactó en la perspectiva de nuestra propia vida.
Me gustaría compartir algunos fragmentos que creo ilustran muy bien la tónica y ritmo del libro.
"Un adolescente que está escuchando música a todo volumen en un vagón de metro, con la batería y el bajo desbordando sus auriculares; una mujer de negocios que trabaja en su portátil durante un vuelo transatlántico; un hombre que habla agitadamente por su teléfono móvil durante un viaje en autobús interurbano; una persona que lee un libro en un tren... Todas ellas son burbujas separadas, mundos que apenas se cruzan, excepto como cuerpos que ocupan un espacio limitado (a menudo incómodo) durante una fracción de tiempo."
"Pasividad. Ser pasajero es ser transportado por algo y por alguien más, igual que tú mismo eres el medio de transporte de un exceso imperceptible (tanto real como simbólico). Es ceder el papel activo de conducción, guía, manejo, pilotaje, timonel o dirección al otro (persona o máquina, como en el caso de los sistemas de navegación automatizada)."
"Orden de clase. La aleatoriedad de las convergencias de pasajeros enmascara un orden rígidamente estratificado del que forman parte. Clase ejecutiva, económica, negocios, primera, segunda, premium, estándar: éstas son sólo algunas de las designaciones de clase para los pasajeros que deben reproducir durante sus viajes la dinámica de las clases socioeconómicas a las que pertenecen cada grupo de pasajeros reunidos por una mezcla de azar y clase es una sociedad transitoria de transeúntes. Si hubiera una sola clase con capacidad para todos, tendríamos una experiencia de pasajero sin clase en la que todos viajaríamos con el mismo grado de comodidad, espacio para las piernas, servicio y número de baños por persona. Eso, en miniatura, es una variación del tema marxista de la sociedad sin clases, una sociedad en la que se ha abolido la diferencia entre la primera y la segunda, tanto como entre la primera y la última. ¿Una sociedad sin sociedad, tal vez?"
"¿No reveló la pandemia una dificultad de paso análoga, desde el cierre de fronteras, pasando por cancelaciones de vuelos y trenes, hasta cierres estrictos? El mundo mismo perdió el barniz de transparencia y permeabilidad con el que había estado dotado a los ojos de unos pocos privilegiados en la era de la globalización. La dificultad de paso, pues, tiene que ver no sólo con el cierre de fronteras, sino también con el miedo y la conciencia de los peligros inherentes a ser un pasajero. Por un corto tiempo, no pudimos ser pasajeros, y eso fue suficiente para sacudir hasta la médula nuestra actitud de pasajeros hacia la realidad."
"En realidad, los pasaportes son un invento de Johann Gottlieb Fichte, un filósofo alemán cuya vida abarcó la segunda mitad del siglo xviii y los primeros años del xix. En su Fundamento del Derecho Natural, Fichte recomienda el uso de prototipos de pasaportes de tipo policial, en los que «la máxima principal» sea que «todo ciudadano debe ser fácilmente identificable, cuando sea necesario, como tal o cual persona en particular. Toda persona debe llevar siempre consigo una cédula de identidad [pase], emitida por la autoridad más cercana y que contenga una descripción precisa de su persona; esto se aplica a todos, independientemente de su clase o rango. Dado que las descripciones meramente verbales siempre son ambiguas, sería bueno que las personas importantes (que, por lo tanto, también pueden permitírselo) llevaran retratos precisos en sus documentos de identidad, en lugar de descripciones."
"Por lo tanto, la condición de pasajero no es sólo una metáfora, ni es la condición puramente literal de ser un pasajero. Es pasar por lo que, en sí mismo, atraviesa, pasa y se aleja. Medios de transporte modernos que masifican la experiencia o la no experiencia del pasajero nos lanzan en paracaídas en el corazón palpitante de la modernidad, que más que una vida en el carril rápido es el movimiento acelerado del paso que nos deja sin tiempo para reconocer qué o quién ha pasado, a quién o qué hemos pasado. Los transportes de pasajeros son metáforas en el sentido más literal de transbordar. Las metáforas son los vehículos más literales para los pasajes de significado."
"¿Cuándo termina un viaje? ¿Cuándo se baja de un barco, un avión, un autobús o un tren? ¿Cuándo se detiene la lectura? ¿Cuándo cierras un libro y lo pones en un estante? ¿Hay un punto de corte tan claro? ¿No sigue el proceso moviéndose, desarrollándose como por inercia, incluso después de que la experiencia del pasajero de recorrer o de leer haya terminado, haya llegado a su punto final o última parada?"
Creo que estas citas reflejan la dinámica del libro. Sin duda, lo recomiendo a quienes sean amantes de los viajes y la filosofía, ya que estoy seguro de que disfrutarán cada página. ¡Hasta la próxima y feliz lectura!